El Rey de Pikas by Hermelo Molero

El Rey de Pikas by Hermelo Molero

autor:Hermelo Molero
La lengua: eng
Format: epub
editor: Penguin Random House Grupo Editorial España
publicado: 2021-02-15T00:00:00+00:00


Capítulo 17

Madrid, septiembre de 2006

En un restaurante cercano al estadio de fútbol Santiago Bernabéu, dos personas con claros rasgos latinos acaban de sentarse en una mesa para cuatro comensales. El restaurante está catalogado en todas las guías culinarias como uno de los mejores de Madrid y también de los más caros. La conversación entre ambos es amena y ríen con soltura. Uno de los hombres, el mayor de los dos, tiene pinta de haber pasado muchos años en la cárcel o de haber hecho cosas por las que mereciese estar en la prisión. Lleva un traje gris de buena confección y seguramente caro, lo cual contrasta bastante con su aspecto. Al sonreír se avista un hueco entre dos de sus dientes frontales que combina con un tatuaje de tres lágrimas que caen de su ojo derecho.

El otro hombre viste con americana y pantalón vaquero, es mucho más joven, no aparenta tener más de veinte años. En su ojo derecho también porta un tatuaje, en este caso con una sola lágrima. Están sentados en la mesa, pero no comen, ambos tienen en sus manos una copa con vino blanco que están degustando. No pasa mucho tiempo cuando aparecen en el restringido comedor, Igor Salazar y Sebastián Arias. Son recibidos con efusivos saludos y bromas, se nota que no es la primera vez que estos personajes acuerdan comer juntos. Esta reunión se ha repetido antes en otras muchas ocasiones. Cuando ya están los cuatro comensales acomodados en sus respectivas sillas, aparece la maître para ofrecerles la carta, es una carta extensa. En este caso son los recién llegados los encargados de ordenar para los cuatro, también son los encargados de pagar la cuenta. Esta práctica ha sido lo habitual en las ocasiones anteriores y hoy no va a ser diferente.

La reunión es tranquila, disfrutan de la buena comida y de los buenos caldos escogidos para acompañar a cada uno de los suculentos platos que son servidos con glamour encima de la mesa. Se llega a los postres. Ahora es cuando Sebastián decide sacar a relucir el tema de conversación, motivo por el cual han viajado hasta Madrid. El invitado de mayor edad abre la palma de su mano derecha en señal de que no quiere hablar de eso ahora, haciéndole callar a Sebastián y, entre dientes, dice: «Después», postergando ese tema para más adelante.

La próxima conversación será futbolística. Sebastián odia el trato tan condescendiente que hay que tener con estas personas. Sabe que hace pocos años eran unos pobres miserables que tuvieron la fortuna de «coronar 14» varias entregas importantes de cocaína, lo que les ha permitido subir en el imaginario escalafón de traficantes de España. Sebastián acaba de venir del cuarto de baño. No hay que ser muy observador para darse cuenta de que acaba de consumir algo de cocaína. Está bastante acelerado, suda y sus pupilas casi no le entran en el diámetro de sus ojos. Se justifica ante Igor diciéndole que se ve obligado a consumir antes de estas reuniones porque es la única manera de aguantar a esta gente, si no, es que les salta al cuello.



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